Un test de cara al mundial, por Marta García Curieses
Foto: Rafa Gómez |
Detrás de las pancartas,
las rampas y los podios ha habido mucho más, muchos meses de
trabajo, esperas, pequeñas decepciones, contratos…que finalmente
nos han llevado a estos campeonatos tal y como los conocemos. Estos
tres días de ciclismo del bueno no podrían haber ocurrido si no se
hubieran tomado todas esas pequeñas decisiones, es, a su modo, un
efecto mariposa cuyo germen es el próximo Mundial de Ciclismo.
Todo empieza con la
decisión de presentar la candidatura para organizar los Mundiales de
Ciclismo del año 2014. En abril de 2011 la UCI descarta todas las
propuestas de organización del mundial a excepción de la de
Ponferrada, sin embargo, la confirmación oficial del máximo
organismo a nivel ciclista no llega hasta septiembre de ese mismo
año, durante la celebración de los mundiales de Copenhague. Pero
aquí empiezan los problemas. El Ayuntamiento de Ponferrada adelanta
el primer millón de euros de los cinco que es necesario pagar a la
UCI como canon por organizar el campeonato y no es hasta un año
después cuando se confirma el aval de los otros cuatro millones por
parte de la Junta de Castilla y León. Tras el cambio de gobierno en
el Ayuntamiento a principios de 2013, se consigue un aplazamiento del
segundo plazo y se inicia una carrera a contrarreloj por conseguir
inversores privados que parecen no llegar nunca.
El anuncio de que
Ponferrada será también sede de los Campeonatos de España en 2014
llega poco después de que el Ayuntamiento anuncie el pasado febrero
que el 70% del presupuesto mundialista está cubierto. La página web
de la RFEC lo anuncia así: “El campeonato de España será el test
del Mundial de Ponferrada”. La esencia de estos campeonatos ha sido
desde un primer momento ser la prueba definitiva para que nada salga
mal dentro de tres meses: ojeadores de la UCI, todo el aparato
policial desplegado, un altísimo número de voluntarios y hasta los
bomberos (por si acaso). Sin embargo, el público no ha querido
participar en este ensayo premundialista y tanto voluntarios como
policías han pasado un fin de semana que poco tiene que ver con lo
que será el trabajo del mes de septiembre. Aunque sí que se
alcanzaba un ambiente de público muy agradable en las pruebas de los
profesionales, las féminas y los sub23 (las carreras que, a mi
juicio, han sido las más interesantes) apenas contaban con una
afición que no iba más allá de los familiares, técnicos, prensa y
algunas personas de la sexta ciudad de Castilla y León.
Con un circuito
difícilmente accesible para el público que obliga a todo el mundo a
agolparse en las calles de Ponferrada (por las cuales discurren casi
seis kilómetros de este), las laderas del Castillo de los Templarios
esperan para acoger al gran número de personas que visitarán la
ciudad a finales de septiembre, inundando la ciudad y haciendo que el
aparato policial y los voluntarios tengan mucho más trabajo que
atender que este pasado fin de semana porque a pesar de ser un test
de cara al mundial, este campeonato poco ha tenido que ver con una
cita de su envergadura.
Referencia
Marta García Curieses
Ciclista y estudiante de arquitectura
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