El equipo EnBici desde dentro
Son las 16h del viernes 1 de Noviembre y la gente empieza a llegar al punto de partida, la tienda EnBici en Alcobendas. Todos son puntuales y todos llegan con una sonrisa en la cara. Saben que les esperan muchas horas de coche pero que en el horizonte pueden ver sus objetivos, Llodio y Muskiz. Dos localidades del País Vasco que serán sus carreras del fin de semana.
Bicis, ruedas, mochilas y maletas de un lado para otro hasta por fin cuadrar todos los coches y furgonetas. El viaje comienza. Tomamos carretera dirección al País Vasco, cuna del ciclocross y de apasionada afición. Eso se nota en el ambiente, hay mucha ilusión y ganas de llegar.
El camino de ida hasta la primera parada en Llodio se hace corto. Se habla de ciclismo, siempre de ciclismo. Muchos pueden pensar que estos chavales jóvenes se toman esto del ciclismo y del ciclocross como un "juego", pero después de vivirlo en primera persona puedo decir que no. Estos chavales aman este deporte, saben muy bien lo que es y lo que significa para ellos. Eso se nota al oírles hablar durante horas de sus ídolos, técnicas, estrategias, etc.
Se llega al destino y las voces más rasgadas por la edad toman el mando. Los masters que llevan muchos años y viajes a sus espaldas conducen el rebaño hacía el hotel, el restaurante para cenar, etc. Este rol está perfectamente definido, los chavales jóvenes obedecen. Se llama educación y respeto ¿Saben de qué les hablo? Se cena todo el mundo junto y es que dentro del equipo EnBici son una piña, van todos a una. El poder el equipo y del grupo queda perfectamente definitivo en estos momentos. Se reparten dorsales y en las caras de todos ya se empieza a visualizar la tensión de la carrera del día siguiente. Dirección al hotel se hace el silencio. Toca descansar y estar frescos para mañana.
La llegada al circuito se hace puntual. Da igual que sea insultántemente pronto para unos. Todos llegan sin protestar a la hora fijada por el Patrón. No hay disputas por quien monta la carpa del equipo. Sobras manos para ayudar. Otro ejemplo más de unidad de este equipo en el que todos arriman el hombro para cualquier cosa: limpiar bicis, hacer boxes, guardar la carpa, traer agua, etc. Tal vez sea esto lo que hace especial el equipo EnBici, a la familia de azul y amarillo.
Mientras los masters empiezan a dar vueltas al circuito en sus carreras se puede ver el circuito como los más jóvenes que compiten dentro de un par de horas se acercan a ver el paso de éstos. Podrían estar metidos en la cama después de un botellón en sus localidades, pero no. Están en silencio viendo como corren los más veteranos. Analizando partes del circuito, técnicas de paso por curva, paso por escaleras y tablones. Esto es ciclismo, es deporte sin dobleces. Ciclismo puro, sin aditivos ni conservantes. Del circuito al hotel y del hotel al circuito. Incluso en el mismo hotel sus responsabilidades con los estudios no cesan. Yo me quedo con la boca abierta ante la responsabilidad de estos chavales. No me lo esperaba pero doy fe que es cierto.
La hora llega para algunos y las caras de cierto relax se transforman en tensión y concentración. Todo el mundo sabe que esto no saldrá en tv ni en As ni Marca, no es una Final de Champions, pero es su final. Es la carrera en la que han estado pensando durante días, quizás semanas. Llega el momento y las palabras escasean. Miradas fijas, concentradas, están listos para saltar al barro.
Las carreras acaban, se recoge la carpa del equipo y todos a una se reunen para volver a empezar el viaje, el viaje de vuelta a Madrid. Hayan ganado o perdido, lo hayan hecho mal o bien todos se relajan. Las carreras han acabado y es tiempo de volver a la rutina diaria.
Yo vuelvo a casa y muchas cosas pasan por mi cabeza. Nunca había vivido un fin de semana en las carreras con un equipo ciclista. Gracias a EnBici he podido disfrutar, en mayúsculas de esta experiencia que espero nunca olvidar. Tal vez el no conocer de primera mano esto de los viajes no había podido ver ni sentir lo que significa el ciclismo para ellos. El ciclismo es parte importantísima en sus vidas, sean cadetes, juniors, masters o élites. Comen, beben, piensan y respiran ciclismo. Y gracias a ello y a la dureza de este deporte tal vez se hayan o estén forjando personas con unos valores que hoy en día están en peligro de extinción en la sociedad en la que vivimos. Compañerismo, unidad, respeto, responsabilidad y ciclismo….MUUUUUUCHO CICLISMO.
Gracias a todos los que forman EnBici por darme la posibilidad de vivir las carreras desde dentro….Nunca lo olvidaré.
Bicis, ruedas, mochilas y maletas de un lado para otro hasta por fin cuadrar todos los coches y furgonetas. El viaje comienza. Tomamos carretera dirección al País Vasco, cuna del ciclocross y de apasionada afición. Eso se nota en el ambiente, hay mucha ilusión y ganas de llegar.
El camino de ida hasta la primera parada en Llodio se hace corto. Se habla de ciclismo, siempre de ciclismo. Muchos pueden pensar que estos chavales jóvenes se toman esto del ciclismo y del ciclocross como un "juego", pero después de vivirlo en primera persona puedo decir que no. Estos chavales aman este deporte, saben muy bien lo que es y lo que significa para ellos. Eso se nota al oírles hablar durante horas de sus ídolos, técnicas, estrategias, etc.
¡Vaya viaje de ida con estos dos cracks! |
Se llega al destino y las voces más rasgadas por la edad toman el mando. Los masters que llevan muchos años y viajes a sus espaldas conducen el rebaño hacía el hotel, el restaurante para cenar, etc. Este rol está perfectamente definido, los chavales jóvenes obedecen. Se llama educación y respeto ¿Saben de qué les hablo? Se cena todo el mundo junto y es que dentro del equipo EnBici son una piña, van todos a una. El poder el equipo y del grupo queda perfectamente definitivo en estos momentos. Se reparten dorsales y en las caras de todos ya se empieza a visualizar la tensión de la carrera del día siguiente. Dirección al hotel se hace el silencio. Toca descansar y estar frescos para mañana.
La llegada al circuito se hace puntual. Da igual que sea insultántemente pronto para unos. Todos llegan sin protestar a la hora fijada por el Patrón. No hay disputas por quien monta la carpa del equipo. Sobras manos para ayudar. Otro ejemplo más de unidad de este equipo en el que todos arriman el hombro para cualquier cosa: limpiar bicis, hacer boxes, guardar la carpa, traer agua, etc. Tal vez sea esto lo que hace especial el equipo EnBici, a la familia de azul y amarillo.
Mientras los masters empiezan a dar vueltas al circuito en sus carreras se puede ver el circuito como los más jóvenes que compiten dentro de un par de horas se acercan a ver el paso de éstos. Podrían estar metidos en la cama después de un botellón en sus localidades, pero no. Están en silencio viendo como corren los más veteranos. Analizando partes del circuito, técnicas de paso por curva, paso por escaleras y tablones. Esto es ciclismo, es deporte sin dobleces. Ciclismo puro, sin aditivos ni conservantes. Del circuito al hotel y del hotel al circuito. Incluso en el mismo hotel sus responsabilidades con los estudios no cesan. Yo me quedo con la boca abierta ante la responsabilidad de estos chavales. No me lo esperaba pero doy fe que es cierto.
Las EnBici Girls calentando en Muskiz |
La hora llega para algunos y las caras de cierto relax se transforman en tensión y concentración. Todo el mundo sabe que esto no saldrá en tv ni en As ni Marca, no es una Final de Champions, pero es su final. Es la carrera en la que han estado pensando durante días, quizás semanas. Llega el momento y las palabras escasean. Miradas fijas, concentradas, están listos para saltar al barro.
Las carreras acaban, se recoge la carpa del equipo y todos a una se reunen para volver a empezar el viaje, el viaje de vuelta a Madrid. Hayan ganado o perdido, lo hayan hecho mal o bien todos se relajan. Las carreras han acabado y es tiempo de volver a la rutina diaria.
Yo vuelvo a casa y muchas cosas pasan por mi cabeza. Nunca había vivido un fin de semana en las carreras con un equipo ciclista. Gracias a EnBici he podido disfrutar, en mayúsculas de esta experiencia que espero nunca olvidar. Tal vez el no conocer de primera mano esto de los viajes no había podido ver ni sentir lo que significa el ciclismo para ellos. El ciclismo es parte importantísima en sus vidas, sean cadetes, juniors, masters o élites. Comen, beben, piensan y respiran ciclismo. Y gracias a ello y a la dureza de este deporte tal vez se hayan o estén forjando personas con unos valores que hoy en día están en peligro de extinción en la sociedad en la que vivimos. Compañerismo, unidad, respeto, responsabilidad y ciclismo….MUUUUUUCHO CICLISMO.
Gracias a todos los que forman EnBici por darme la posibilidad de vivir las carreras desde dentro….Nunca lo olvidaré.
Se acaba la carrera y todo el mundo se reune para comer juntos |
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